La metamorfosis
(de mujer a poesía)
I
Ésta mujer me succiona el alma
de los pies a la cabeza
de puro sexo, de puro versos
entra a mis venas, las tansita,
y se va como un ave de rapiña.
Es un ser envuelto en celos,
una hembra de yeguarizos,
viene a mí engendra el hambre,
deshilacha mis sentidos.
¡Ésta mujer es un descaro!
Toda volcán enciende mis latidos.
Es de agua y fuego penetrando
en cada espasmo mis delirios.
Sin cauces ni señales
entra y sale, dá lo mismo.
Embaraza en cada aleteo
de suspiros.
Desfachatada y excelsa
deja mi cuerpo henchido
de palabras cuando escribo.
II
Toda ella es
un monumento a lo vivido,
tiene el áurea de los ángeles,
vuela invisible en el camino.
Es de todos y es de nadie,
como el vino con que brindo.
Sabe a sabios milenarios
de la ciencia de los vivos,
y es dueña del invento
que hace al hombre fiera y niño.
Es la pluma más ligera
donde brotan duendecillos
y recita a los vientos
el sortilegio del poeta.
Como cántaro y piedra la defino.
Ella es más: alma elocuente,
Yo, detino.
Ella, toda poesía,
Yo, delirio.
Ella, cielo tierra árbol,
Yo, sendero desprolijo.
Ésta mujer me succiona
el alma sin motivo,
yo escapo de sus redes, y me hinca
junto a ella, por las noches,
cuando escribo.
Marta L. Pimentel Álvarez
"Los Versos de Juana"
Edic. Del Clé - 2009 -
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Muy buen blog