viernes, 26 de noviembre de 2010

“ ARIS “
(apuntes del tríptico literario de: GABRIEL, EL ENVIADO)

Aris, el cóndor blanco, desde la cumbre de la montaña que truena, vigila afligido a su pueblo inocente. Lo alerta sobre las maldades del capitalismo:

El Monstruo avanza como el agua,
inunda los pueblos, ahoga las naciones,
los hogares de ricos y pobres,
de tontos y letrados,
de negros, amarillos y blancos.
Inunda todo con su hedor a muerte del espíritu
y la resurrección de la carne.
A la imperturbable China
le sacará los dientes.
El Monstruo ya no tiene dueño.
Su benefactor, su propulsor ya no es.
No reconoce ser hijo ni tener padres.
No conoce fronteras, ni idiomas,ni leyes, ni clero.
El Monstruo vestido de frágil paloma blanca
se esconde tras la igualdad de los Hombres.
El Monstruo manipula. Es su cuerpo
con tentáculos un deleite para los ojos
que lo han visto nacer y emanciparse.
Avanza por sobre la derecha
como por sobre la izquierda.
No lo conmueve el llanto de los niños
ni de los ancianos a los que les da muerte.
El Monstruo nacido en el Siglo Veinte
y efímero en su andar posa
cual un enorme pulpo junto el águila
quien lo trajo al nido para su deleite.
El águila duerme soñando con su manjar.
El pulpo día a día crece más.
El águila crece con él
pero, no en la misma proporción.
El pulpo extiende sus tentáculos
hasta el abismo. Él está acostumbrado
a las profundidades, el águila no.
El pulpo sueña con comer el águila
en su última cena.
Otras aves menores le señalan al águila
los defectos de su protegido.
El águila prefiere comer también a esas aves,
acallarlas para su beneficio.
Para matar al Monstruo
deberá nacer dentro de su vientre
criaturas que todo lo puedan,
sin su poder, sin sus vanidades, sin sus osadías.
Esas criaturas serán espíritu puros
no materias, o nada serán.
Ya no más mitad hombre, mitad mujer,
ni mitad bestia ni mitad ángel.

Surge de la nada una gran nube esmeralda. Un ser divino que llega desde las alturas, dice,

Hay una parte en mí que está muriendo,
la de mis ancestros para que yo viva
y, germine en mí una nueva concepción
para no perecer, volver a nacer.
No cierres los ojos a la Vida,
estoy aquí para que no sufras,
he venido a buscarte
para enseñarte la luz eterna,
más allá de las galaxias, más allá.

Y se llevó consigo el Monstruo dos torres de naipes y otras cartas que volaron por los aires, mientras las criaturas que habitaban allí morían de dolor. El águila tiesa ha quedado, con muchos recuerdos de terror y miedo. Más hay plumajes del águila que prefieren ignorar el golpe y seguir tan fuerte como siempre, o más. Las otras aves que la están mirando se compadecen en su aflicción, le temen menos al águila y más al monstruo. Mas siempre están allí subordinadas sin saber qué hacer, mientras el monstruo sigue creciendo día a día desde el norte al sur, desde el este al oeste. Y las criaturas que viven de ella se regocijan mientras viven. El monstruo tiene el sable del dinero, es su poder, el poder que hinca hasta al más fuerte de entre ellos. Aquel que vive de espíritu y no de sable, se salvará a sí mismo aunque perezca y antes de la gloria.

“Aris“
de: Marta L. Pimentel Álvarez

3 comentarios:

  1. He publicado el enlace en mi Feisbuc. Este poema me parece, además de bello, increíblemente lúcido y premonitorio!!!!

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  2. Gracias a todos aquellos amigos que suben éste material, abrir conciencia ayuda a no perecer en el intento. De nada vale el dinero si el alma se parte en dos.

    marta.

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Muy buen blog